Todo hemos tenido la oportunidad de ir al supermercado, llegar con nuestras
litas de compras y al final terminar con más artículos de lo que fuimos a
buscar. Esto se debe a las estrategias del supermercado para estimular al
cliente, ya sea la música, las ofertas, etc.
Pero también existe el factor de las etiquetas de los productos, casi nunca
nos detenemos a observar lo que tiene cada producto, siendo estos precursores
de malignas enfermedades. Por ejemplo, el aceite de palma, que se encuentra en
los alimentos procesados ya sea galletas, papitas, etc. Dicho aceite aumenta
las enfermedades cardiovasculares.
Otro componente sería el glutamato monosódico que se encuentra en alimentos
procesados o congelados, algunas de sus consecuencias son fatiga, dolor de
cabeza, palpitaciones, hormigueo, etc. También se encuentra uno de los
componentes más usados y peligrosos para los niños, estos son los colorantes,
ya que son los causantes de la hiperactividad, cáncer y reacciones alérgicas.
Esto también ocurre con algunos conservantes. Por último, están los bromatos
que se encuentra en los panes, para que sean esponjosos, sin embargo, son los
causantes de depresión en el sistema nervioso, dolor abdominal, insuficiencia
renal aguda y cáncer.
Finalmente, con esto nos damos cuenta como una actividad tan sencilla y
común, que es el hecho de ir al supermercado requiere del conocimiento de los
artículos, para hacer una buena elección entre una marca u otra y no dejarse
persuadir por el simple hecho de que el artículo esté en oferta. Sino elegir el
artículo que en verdad nos beneficie y no contenga tantos químicos que
perjudiquen nuestra salud.
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